
ESTE AÑO... ¡COLOMBIA!
La Paz, como muchas otras cosas conmemorativas y conmemoradas, no merece un día. La Paz debe ser un derecho inquebrantable de la condición humana y, por lo tanto, se debe exigir en todo momento, y en todo lugar, el cumplimiento de ese derecho.Desde el invento de los días de esto, días de aquello y días de lo de más allá… nuestra conciencia parece descansar más tranquila distanciándose aún más, si puede, de la cruda realidad que les toca vivir a nuestras y nuestros semejantes en lugares donde la vida humana tiene el mismo valor que cualquier chuchería en el quiosco de la esquina.

Se me hace difícil digerir que bien metidos, como estamos, en el siglo XXI la triste, penosa, patética, dura y crítica realidad diaria de millones de niñas y niños en el mundo no cambie ni, mucho me temo, vaya a cambiar por los siglos de los siglos…
Apoltronada en el empecine de dejar la transformación de la realidad social de estos seres sólo en manos de la caridad y la solidaridad, la humanidad “rica” asiste impávida al denigrante espectáculo del baile de la miseria como si la cosa no fuera con ella.´
Organismos Internacionales, Coordinadoras de Defensa de los Derechos Humanos, ONGs, Asociacione


Todas y todos somos conocedores de las desigualdades e injusticias sociales y en especial de la explotación infantil, a todos los niveles y ámbitos, en los países más desfavorecidos y eso, a su vez, nos apunta y convierte en responsables y cómplices, directa o indirectamente, de esa explotación porque la miramos desde la distancia, porque la callamos, porque, a fin de cuentas, con nuestras actitudes, tan políticamente correctas ellas, la estamos permitiendo al no plantar cara y exigir, cuanto menos de manera reiterada y constante, el respeto a los DERECHOS de la INFANCIA.
Hablamos d

En nuestro colegio, este año, haciéndonos eco de la información recibida vía AI (Amnistía Internacional) pusimos nuestra mirada en la distancia hacia Colombia y, lejos de resignarnos a silenciar l

(*) Las imágenes utilizadas para este artículo han sido extraídas del dossier informativo de Amnistía Internacional sobre la realidad de Colombia.
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