TARJETA ROJA

La violencia no deja de ser una manifestación irracional con un fuerte componente visceral de la animalidad humana y, por eso, es imposible encontrar alguna justificación a la misma.
No estoy de acuerdo en poner exclusivamente el acento, a la hora de denunciar la violencia, en el género porque esa manifestación salvaje e irracional se presenta en casi todas las esferas de la vida y se ejerce sobre todo tipo de personas, principalmente sobre las más débiles, al margen de pertenecer a uno u otro sexo o encontrarse en cualquier momento evolutivo.
El rechazo a la violencia en cualquiera de sus manifestaciones: verbal, física, sicológica y demás considero que debe hacerse, como en todas las denuncias sociales, día a día modificando nuestros hábitos relacionales y evitando mirar hacia otra parte cuando somos testigos de una situación que sobrepasa los límites naturales de una convivencia civilizada.
Escuela, familia y sociedad tienen mucho trabajo por delante, respecto a este tema como a otros muchos que enturbian la convivencia pacífica, y cuanto primero se pongan manos a la obra antes se recogerán los frutos deseados y, por supuesto, muchos días que en el calendario son sinónimos de lacra social dejarán de serlo para pasar a ser días normales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario